Hace falta... Hace falta que el mundo sienta un amor sin fronteras, darle pan, para su sustento, darle agua, para su sed de sentimientos, darle tierra, abundante tierra, en donde poder sembrar amor, puro amor, de todos los colores y razas,
puro amor para nutrir de luz el corazón... Hace falta desprenderse de lo viejo, destruir a nuestros propios carceleros,
para construir un universo, lleno de fructíferos hechos, que den testimonio de que nace un hombre nuevo, sin odio y sin rencores, sin fronteras, sin gobiernos, tan sólo los que existen en nuestros corazones... La libertad es la clave,
de sentir, vivir y pensar sin ninguna clase de llave, abrir las puertas de par en par, para amarnos con total profundidad... Quítate los atavismos, atrévete a vivir, cambiando tu ser en un mundo distinto, en donde el dedo índice, ya no señale, ya no exista...
Raquel Norma Smerkin Roitman
En la fiesta del amor
Ayer jueves 14 de febrero celebramos la fiesta del amor y la amistad, donde los comerciantes hacen su agosto, las parejas callan conciencias y los amigos manifiestan su hipocresía sin censura. Y yo me pregunto, hace falta un día para mantener y hacer crecer el amor?. Simplemente, no. Al amor hay que cuidarlo y protegerlo a diario, una cena, unas flores, un regalo material no es suficiente. El amor debe manifestarse de manera permanente y cuando se limita a un solo día, simplemente ha dejado de existir.
Aguantando todo por amor y apego
La fiesta del amor, debe motivarnos a querernos a nosotros mismos, para valorarnos, para saber si nos estamos sintiendo bien, para renunciar a lo que nos hace daño.
En estos días en que los feminicidios amenazan con apoderarse de las familias; con terminar con el amor de parejas sano y real, tenemos que analizar la situación por la que atraviesa nuestro amor, para evitar situaciones que podrían presentarse en el futuro, porque las cosas no suceden de un día para otro, es algo que empieza y que se va incrementando poco a poco.
Lo que sucede es que un problema no se torna catastrófico de un día a otro, es un proceso paulatino. Al principio todo es armonioso, pero poco a poco se deteriora por razones diversas y sin darnos cuenta, nos vamos resignando y seguimos tolerando aspectos que no resolvemos, hasta que un día decimos: “¿Cómo he llegado aquí?”.
Por ejemplo, quien tiene sobrepeso dice: “¿Cómo me dejé engordar?”. Esas libras de exceso no aparecieron de la noche a la mañana, fue un incremento gradual, pero todo comenzó cuando se resignó a la primera libra de más. Otro ejemplo sería una mujer que sufre de abuso físico por su pareja, primero toleró los gritos, luego los empujones y finalmente permitió los golpes. Si el abusador la hubiera querido golpear en la primera cita, ella lo hubiera detenido y el maltrato no hubiese escalado.
¿Por qué dejamos que nuestra vida se deteriore antes de tomar medidas?, porque creemos que es más fácil aguantar que remediar. Dicen que cuando tocas fondo es que aprendes la lección y encuentras el impulso para salir a flote, pero ¿por qué esperar a hundirte para flotar? ¡Tú puedes emerger a la superficie hoy y disfrutar tu vida plenamente!
Si te encuentras en una situación que va en decadencia, ¡resuélvela ya!, como diría la coach de vida María Marín, busca apoyo u orientación. No te acostumbres a la desdicha, ansiedad o a la desorganización. De ahora en adelante, cuando algo vaya en decaimiento, bien sea tu salud, tu relación, tu trabajo, tus amistades, ¡en vez de aguantar, es hora de remediar!
aracelisurena@hotmail.com