"La esperanza es desear que algo suceda,
la fe es creer que va a suceder, y la
valentía es hacer que suceda.."
Hoy, cultivemos la esperanza
Les confieso que estoy sorprendida de la confianza que han depositado los dominicanos en este año 2013, esperanzados en que será un gran año para todos; y es que mientras mantengamos viva esa “esperanza”, todo puede suceder. Y digo sorprendida porque tenemos tendencia a la negatividad y este inicio confiados, es un gran paso de avance.
Aparecen algunos pesimistas que apuestan a que las cosas no mejorarán, pero aun cuando no recibamos señales de buenas noticias, en nuestro interior podemos encontrar una certeza que no deja de acompañarnos. Esa certeza está allí, siempre estuvo en nuestro interior. Sólo necesitábamos dejar de mirar afuera y volver la mirada hacia nosotros mismos. Éste es un gran regalo que nuestro espíritu nos da: la esperanza.
Hoy, no importa lo que suceda, confiemos en la certeza interior que nos dice que todo estará bien, aunque nuestra mente especule y se resista a creerlo.
Cuando la tristeza y la decepción llegan..
Cuando todo parece terminarse y el panorama es de lo más oscuro, cuando la vida parece haber perdido su significado y no hay más nada que hacer; cuando nos sentimos acorralados por fuerzas superiores a las nuestras, surge la esperanza como recurso final para encontrar un nuevo rumbo, levantar la frente y continuar hacia adelante y renovar los esfuerzos para cumplir con la misión asignada por la vida.
No dejes que tu alma se rinda…
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La esperanza es lo que nos mantiene a flote cuando todo parece incierto. La esperanza es el sentimiento que no nos deja morir cuando la tristeza se apodera de nuestro ser. Cuando parece que todo al rededor esta en nuestra contra nuestra alma se mantiene firme si tenemos esperanza.
Cuando la esperanza desaparece nuestra alma empieza a morir en vida. La esperanza se mantiene viva por nuestra fe en Dios, nuestro amor por nosotras mismas y los seres que amamos.
No dejemos cabida para la depresión
El enemigo más poderoso de la esperanza y de nuestra alma es la depresión. Cuando nos deprimimos perdimos el sentido de nuestra vida y nuestra alma empieza a agonizar.
Lo peor es que muchas veces no nos damos cuenta que estamos deprimidos y vivimos en perenne tristeza, que aunque no es agonía nos roba el gozo. Miremos nuestro interior y respondamos estas preguntas: , ¿sientes gozo por todas las bendiciones que tienes? o ¿te sientes triste sin razón y nada te parece excitante por largo tiempo? Piensa en cómo has estado reaccionando. Un poquito de melancolía es normal, pero no un sentimiento de angustia, ansiedad o inutilidad constante.
Otro enemigo de la esperanza es la baja autoestima. El no dejar que tu ser se exprese y el no escucharte a ti mismo. La baja autoestima no nos deja desarrollar nuestro potencial. Nos miente, diciéndonos que no podemos alcanzar nuestros sueños. No deje que el temor te engañe.
La esperanza también le huye a la rutina. Si no sueñas constantemente y te pones nuevas metas y tratas de ser mejor en las actividades que tu selecciones estas invitando a la depresión, la baja autoestima y al aburrimiento. Todos son enemigos de la esperanza y de ti mismo.
No dejes que tu alma se rinda, sueña y alcanza nuevas metas. Trata de vivir a plenitud y cada día ser mejor.
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Que Dios les dé una feliz semana, con abundantes bendiciones, salud y suficiente amor y alegría en el corazón para vivir cada día a plenitud.
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