El Montemar, INFOTEP-PUCMM
El acuerdo entre el Instituto Nacional de Formación Técnica
Profesional, INFOTEP y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra,
PUCMM, para fortalecer las iniciativas formativas en las instalaciones del antiguo
hotel Montemar es positivo.
La iniciativa que contó con la mediación de la Cámara de
Comercio y Producción de Puerto Plata, constituye un claro aporte a las necesidades
de formación técnica del destino turístico, en momentos en que se vive un
resurgir del turismo en la región al tenor de la llegada de cruceros al puerto
Amber Cove, de Carnival Cruise Corporation y el crecimiento, moderado aún, pero
consistente, en la llegada de turistas por vía aérea.
Pero y aquí está, el pero, como siempre.
La misma constituye una oportunidad perdida para lograr que
esas facilidades que cuentan con unos 50 mil metros cuadrados, se conviertan en
un puntal para el renacer del turismo en Puerto Plata con la construcción allí
de un centro de convenciones, como ha planteado el director de Último Diario, el
periodista Edgar Lantigua.
Lo que necesita INFOTEP para el desarrollo de sus programas
son 3 o 4 mil metros cuadrados y no implica una recuperación total de esa
propiedad.
Es una lástima que el liderazgo empresarial de Puerto Plata
y los líderes hoteleros de la región, no hayan asumido con seriedad una
propuesta hecha de buena fe, sin ningún interés, ya que su promotor no es
constructor ni nada que se le parezca.
Pero queda visto que, si las iniciativas no nacen del grupo
dominante, aquí nada se asume, nada importa.
El centro de convenciones que algunos quieren, es en Playa
Dorada, preferiblemente en la propiedad de alguno de los actuales inversionistas,
si no, no sirve, no interesa, a pesar de que en ninguna hay esa cantidad de
metros cuadrados, de que esta queda a 5 minutos de ese proyecto y a pocos
minutos de Cofresí y Maimón, los otros dos enclaves turísticos de la zona.
Qué lástima, la cortedad de miras, sigue siendo un signo que
persiste en un liderazgo que ha logrado cosas, nadie lo duda, nadie lo niega,
pero que sigue sin entender que, fuera de su círculo, también hay gente que
piensa, a veces.