José Rafael Sosa
SERVICIO ESPECIAL
CANNES. Riviera Francesa.
México, que fue el primer país de
América que conoció el cine, apenas doce meses luego de la primera proyección
de los Hermanos Lumiere en París, ostenta tiene una de las mayores tradiciones
cinematográficas del continente, por lo que no es casualidad que su potencial
creativo y su visión que se desgarra a veces presentando la tragedia de sangre
y violencia, sea favorida en Cannes.
México es el país latino de
mayor recurrencia exitosa en Cannes, principal Festival del Mundo, en el cual
sus cineastas, desde Amat Escalante hasta David Pablos, desde Gael García hasta
Alejandro González Iñarritú, para
referir sólo cuatro de sus figuras nuevas, han sido aclamados y bendecidos,
Heli, Chávez, Manto Acuífero, Abel , Revolución y, ahora, las Elegidas
Nadie lo dispuesto mediante
norma escrita, pero es un hecho que el Festival de Cannes ha establecido un
silente, pero real vínculo con el cine de México, apoyado en torno a la
dramática y sangrienta tradición de violencia y el narcotráfico y en la forma
nueva de contar estos hechos. Una especie de predilección apoyada en calidad y
justicia.
En este año, dos títulos, Sicario, (EU), del
canadiense Denis Villeneuve y filmada en México y Las Elegidas (David Pablos)
enfocan, desde las perspectivas
distintas (el gran cine de la industria y el independiente), ahondan en el tema, cada una de ellas con sus
códigos y enfoques.
Sicario, es un triller, con agobiantes secuencias de suspenso,
sensacionalista y cebado en la irracionalidad de la violencia de los carteles,
que corta la respiración y adhiere al espectador a su butaca. Quien la ve no
puede hacer nada más que estar allí a expensa de las escenas dantescas y el
dolor y la indignación retenidas.
Su director, Denis Villeneuve, emplea con excelencia los recursos del cine, (fotografía,
dirección de cámaras, el envolvente e impactante sonido que mete al espectador
en las incursiones, sobre todo las aéreas), factores a los que se suman
actuaciones espectaculares, sobre todo la de Benicio del Toro, quien se crece
hasta llenar pantalla y empatías del público, en su rol de agente que procura
venganza, junto a una sensible Emily Blunt, quien muestra capacidades
interpretativas que hacen innecesario resaltar la belleza externa y un efectivo y sarcástico Jeffrey Donovan, terriblemente
dirigido en una de las secuelas de Spiderman.
La atmósfera que logra el director canadiense, pone fuera de dudas que está destinada a
ese excepcional espacio coincidente y
armonioso que pone en común a crítica y público, que recuerda lo acontecido
con fenómeno argentino de Relatos
Salvajes, comedia negra en seis relatos inolvidables y crueles, de Damián
Szifron, e injustamente despojada del premio, aquí mismo en Cannes.
El cine de industria apuesta a Sicario y la estrategia de mercadeo
le llevará a buenos números. Ya fue contratada para abrir o cerrar el VI
Festival de Cine Fine Arts, de octubre próximo. De Fine Arts, pasará luego a
las salas normales de cartelera popular.
Canes se ha rendido, con justicia,
a México, como una de sus más preciadas criaturas.
En 2010, presentó Biutiful,
de –Alejandro González Iñarritú, que fue un escándalo, Abel de Diego Luna,
Somos lo que hay, de Jorge Michel Grau y Año Bisiesto, de Michael Rowe. Fuera
de competencia, en ese año, los aztecas presentaron Revolución, una colección
de cortos unidos por el tema, de los directores Mariana Chenillo, Fernando
Eimbcke, Gael García Bernal, Rodrigo García, Diego Luna, Gerardo Naranjo,
Rodrígo Pla, Carlos Reygadas y Patricia Rigen, además de Sra, Pájaro, un
experimento visual de Veronique Decreoux y Julio Barcas.
En 2012, Michael Franco, ganó Una cierta Mirada con Después de
Lucía.
En 2013, Amat Escalante sorprendió en la categoría Una Cierta
Mirada, con Heli, una valiente denuncia
sin maquillajes de la crueldad de los narcotraficantes, de escaso presupuesto,
tremendamente bien manejado.
Ese año también estuvo, Chavez, de Diego Luna, A los ojos, de
Michael y Vicky Franco y Manto Acuífero, la que se tenía como la apuesta más
fuerte, de Michael Rowe.
En este año, Diego Pablos presenta Las Elegidas, crónica realizada
con actores naturales, realizada por Canana Films, de Diego Luna y Gael García
Bernal, una crónica sincera y poderosa de un fenómeno delincuencial azteca
mucho menos conocido: el tráfico de mujeres jóvenes, secuestradas por
proxenetas que las prostituyen bajo amenaza de asesinar a sus familiares.
En principio se pensó en poner a Diego Luna como protagonista pero
ello fue declinado, en el entendido de que debían ser actores naturales, jóvenes
y desconocidos de la propia Tijuana, marco geográfico real de los hechos, los
responsables de dar vida a estos personajes.
El resultado ha sido un impacto positivo total, aplausos
extendidos, a pesar de la modestia de los presupuestos independientes, a
diferencia de lo que pasa con Sicario, con todos los recursos para tomas de
alta tecnología y de complejidad logística, con la movilización de grandes
masas humanas y vehiculares de todo tipo, terrestres y aéreos.